jueves, mayo 17, 2012

¿Por qué los profesores de español huyen de Bangalore?

Hace dos días descubrí, por razones que no vienen al caso, un blog de una chica que estuvo de profesora de español en Bangalore después de mí en la otra academia de la ciudad, IFlac. Leer sus experiencias, anécdotas, impresiones, me hizo recordar mi experiencia enseñando allí, sentir de nuevo que no he sido, ni seré, la única que ha disfrutado/sufrido (aunque no necesariamente por este orden) de la experiencia de enseñar en Bangalore. Porque enseñar allí y enseñar en Calcuta no se parece en nada...aunque hay algunas cosillas similares.

Ella, y yo, y todos los españoles que se han ido a Bangalore a enseñar, fuera donde fuera, hemos sufrido lo indecible con la desorganización, la desinformación, el desprecio por nuestro trabajo, y la cantidad de cosas absurdas que nos han hecho hacer sin razón alguna. Con todo, creo que puedo decir que mi vida fue más fácil que la suya: empecé teniendo una casa en la que funcionaba todo (sí, en la cocina había una plaga de cucarachas, la lavadora inundaba el salón, había apagones de luz constantes y cortes de agua regulares, mi habitación tenía una miniventana y no circulaba el aire, y no había internet, pero al menos el frigorífico funcionaba aunque estaba hecho un asco y el congelador atrapaba todo lo que dejabas allí en hielo...) y pude registrarme sin demasiados problemas en la FRRO (después de llorarle al jefecillo del despacho de cristal, eso sí, pero solo tuve que ir dos veces, vamos, un récord, y no tuve que sobornar a nadie).

Pero como ella, y como todos, trabajaba 40 horas o más a la semana (una semana hice 60...), pero me pagaban las horas extras, aunque siempre después de requejarme y requejarme, tarde y mal, pero me pagaban (poco). Como a ella, y como a todos, me abrían cursos sin avisar y me cambiaban otros que había preparado, de repente hacía una sustitución de la que me habían avisado con una hora de antelación, ordenaba un material que nadie iba a usar y que a nadie le importaba, preparaba cosas que luego se quedaban en esas carpetas cogiendo polvo, tenía que pasar horas inútiles haciendo cualquier cosa (leyendo, mirando facebook, escuchando música....) en la academia cuando ya no tenía nada que hacer allí, perdiendo mi tiempo y las ganas de trabajar. Me enviaban a la otra punta de la ciudad a entregar libros para un curso que nunca se abrió del todo en una empresa en la que nadie pagó nada, y me negaban días libres mientras veía mis fines de semana tragados por 6 o 9 horas de clase seguidas sin que a nadie le preocupase si había comido algo o no. 

Los profesores de español duramos poco en Bangalore. Creo que el record está en 10 meses, y no fui yo. Los empresarios (de la nacionalidad que sea) parece que se piensan que por trabajar en India vamos a olvidar los derechos laborales o la claridad administrativa y organizativa que traemos impresa en nuesta mente por nuestra cultura europea, pero claramente se equivocan: por eso no dura nadie. Organiza las cosas claramente, informa a los profesores a su debido tiempo, no racanees la ayuda que tanto necesitamos perdidos como estamos en otra cultura a 8000 km de todo lo que conocemos y de todos los que conocemos, permítenos relajarnos y recuperar fuerzas y el ánimo después de tanta frustración (y tanto calor), y nos quedaríamos. Pero no sé por qué razón les cuesta ver algo tan sencillo, cuando todos los profesores que han tenido tienen las mismas quejas. Años y años y todo sigue igual... Así el negocio no mejora.

¿Qué es lo mejor de Bangalore? Los alumnos y la ciudad, aún con sus cosas: alumnos que no hacen los deberes, una ciudad sin aceras en la que no se puede andar, rickshawallas que intentan timarme porque tu color de piel es más claro que el suyo (si les enseñáramos nuestro cheque, dejarían de hacerlo...), su toque de queda. Pero los alumnos se preocupan más por ti que tus jefes, ellos aprecian tu trabajo cuando en la oficina a todo el mundo le da igual lo que hagas, mientras estés tus horas sentada allí calentando la silla, y en la ciudad hay gente interesante que tiene mucho que ofrecer, que enseñarte, y puedes hacer amigos (de la nacionalidad que sea), compartir una cervecilla en un bar, escuchando buena música, y una buena charla, así es como poco a poco compartes una vida.

Al final, todos nos quedamos con la misma impresión: jamás volveríamos a trabajar en Bangalore, pero podríamos vivir allí... Ahora cada vez que vuelvo a Bangalore solo veo lo bueno. Y estando en Calcuta a 40 grados desde hace cinco días, al recordar Bangalore solo veo lo bueno...por suerte para mí.

3 comentarios:

Mme Sanchez dijo...

Ay vaya por dios! me acaban de ofrecer una beca para hacer prácticas de profesora de español en Bangalore y buscando información por internet topo con esto... Serán 7 meses, espero sobrevivir! Por lo demás gracias por la entrada y por el blog en general, haces que los 8000 km que nos separan se hagan más cercanos :)

Indispania dijo...

Si quieres más información, escríbeme a irrealidades (arroba) gmail.com

Nina dijo...

Hola
me interesaría conocer el blog de la otra chica, saludos

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